sábado, 19 de febrero de 2011

Una razón para la que sonreír.


¿Quién te mandó sonreír?¿Quién hizo que tuvieras una sonrisa tan bonita, y yo un corazón tan débil?¿Quién quiso qué me enamorara de ti para que luego tú no me quisieras? Ojalá nunca te hubiera hecho reír. Ojalá nunca hubieras sonreído. Ojalá no tuvieras esa sonrisa tan bonita. Ojalá no tuviera un corazón tan fácil de enamorar. Ojalá no me hubiera enamorado de ti, ¡nunca! Pero, a pesar de todo quererte no es tan malo ¿sabes? Tiene sus cosas buenas. Como por ejemplo, que la persona más perfecta del mundo es la persona de la que estoy enamorada y que cada día tengo una razón para la que sonreír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario