domingo, 20 de febrero de 2011

Después de todo, la culpa es mía por dejar que te fueras.


-¡Eh!¡Hola!¿Te acuerdas de mi? Soy aquel al que dijiste que esperarías hasta que supiese lo que quería. ¡Sí, soy yo! Y he vuelto, para quedarme. Porque ahora sé lo que siento y lo que quiero, y te quiero a ti.
+¿¡Quién te crees que eres!?
-Yo...
+¡Tú!¡Sí, tú! Me rompiste el corazón y ¿pretendes que siga esperando a que ¡tú! te decidas por fin qué es lo que quieres? ¡Já!¿Tú sabes lo qué me ha costado olvidarte? Desde el primer día en que te fuiste mi corazón dejó de latir, y cuando consigo dejar de quererte con toda mi alma, vas tú y apareces con un simple '¡Hola!Te quiero'. Y ¿sabes qué? Yo también.
-¿Y por eso estás así?
+Así, ¿cómo? ¿¡Enfadada!? Sí. Pero conmigo misma. Por quererte, por no ser capaz de olvidarte, por necesitarte todo el tiempo, por haberte dejado marchar y por no haberme dado cuenta antes de que todo lo que he dicho, tenía que habértelo dicho antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario