Espero no fallarte nunca.

-¿Me prometes estar para siempre a mi lado?

+¿Qué si te lo prometo? ¡Estás loca! Eso lo prometí desde el primer momento

-¿De verdad?

+No, miento. No desde el primer momento, sino desde la primera sonrisa que compartimos. 

-¿Eso cuando fue?

+Pues la primera vez que abriste la boca para decir alguna de tus tonterías, o en la primera payasada que hicimos juntas, o la primera vez que nos entendimos solo con mirarnos. En alguna de esas ocasiones que he podido estar a tu lado.

-¿Lo seguirás estando pase lo que pase?

+No tienes si quiera que dudar eso. ¿Y tú? ¿Me lo prometes?

-Lo hice hace mucho tiempo, y esperaba habértelo demostrado.

+No necesitas demostrar nada, te creo y siempre te creeré.

-¿Para siempre?

+Para siempre. 

No digas nada de lo que puedas arrepentirte.

Si me dices que soy princesa, me lo creeré. Si me dices que me quieres, confiaré en ti. Si me dices que soy especial, no te lo negaré. Todo lo que me digas, sea lo que sea, me convertirá en la persona mas ilusa, porque no pondré en duda nada de lo salga de tu boca. Es increíble como el amor mas verdadero nos hace ser los seres mas estúpidos. Cerramos los ojos y dejamos que nos guíe la otra persona, y por eso el amor acaba haciendo que te estrelles. ¡Idiotas enamorados que invaden el mundo con caricias, besos y abrazos! Y lo peor es que yo soy una de esos. Me odio a mi misma. ¡Ilusa, tonta! Siempre te habían dicho que del único hombre que te puedes fiar es de tu padre, y ahora tú vas y te enamoras. ¿Alguna vez escucharía los consejos que me daban? Mi corazón parece que no prestó mucha atención, y así he acabado. Muerta de miedo por si alguna vez dices que no soy nada para ti, porque te creeré.

El amor es la mas dulce de las torturas y la mas áspera de las caricias.

El amor es una fuerza invisible que nos guía y que dirige nuestros pasos. Es la mas invencible de las cualidades humanas, la mas dolorosa y la que mas feliz puede hacer a una persona. Es la mas duradera, pues puede estar presente en nuestro corazón toda la vida. No se puede hablar de amor verdadero, porque el amor no puede ser falso; si existe es real, y si no, no puede llamársele amor. Los sentimientos que recorren a una persona enamorada son indescriptibles, y si es capaz de expresarlos, nadie será capaz de entenderlos; cada uno vive el amor a su manera. No importa cuándo, ni cómo, sino el qué se haga por la persona a la que se mira con los ojos que ven la perfección en una sola persona imperfecta. Y nunca importará lo que digan los demás, porque el corazón solo es capaz de ver la razón de sus latidos. El amor es tan sencillo como sumar uno mas uno, y tan complejo como resolver qué fue antes si el huevo o la gallina; pero lo mas grande que te puede suceder es que ames, y seas correspondido.

Y los alcanzó.

No dejó que eso la asustara. El miedo a fallar no tuvo importancia, no fue capaz de vencer la determinación que la guiaba. Esa fuerza de voluntad que la llevaría lejos, si nunca se rendía. Algo indescriptible, casi imposible de parar. Estaba decidida y nada le hizo cambiar de opinión. Cruzó ríos, atravesó desiertos, escaló montañas, pisoteó caminos, pateó piedras y todo lo hizo sin cansarse, sabiendo que llegar al final sería realizar su destino. No le preocupaba si a continuación iba algo bueno o algo peor, ella solo podía pensar en la luz al final del túnel y el lugar donde estaría entonces. ¿Qué importancia tenía el después, si lo que tenía sentido era el ahora? Ya todo carecía de razón de ser, no había paisaje a su lado, solo un blanco al que apuntar con sus mejores armas al frente.
Y un día, todo por lo que había luchado, todo por lo que había peleado, todo por lo que había sufrido, todo, todo eso la hizo sonreír. Y su destino se había cumplido, porque ella sabía que había nacido para ser feliz, y solo podía serlo alcanzando sus sueños.

Locuras como enfrentarme a la naturaleza invencible.

¿Qué está pasando? No lo entiendo, mi mundo está patas arriba. Todo lo que creía cierto ahora es mentira, y todo lo que consideraba ficción ahora es realidad. Nada es lo que parece, y todo es lo que aparenta. ¿Acaso eso es comprensible? No soy capaz de asimilar por qué el tiempo va tan rápido, mientras que cuando tenía ocho años los días pasaban lentos e interminables. Como soy, como era y como me despierto cada mañana, siempre cambiando. Todo lo que represento y todo lo que me importa es distinto de un instante a otro. ¡Una locura! Y los momentos son buenos o no según cuando los vea. Todo mal, todo está fuera de lugar, nada va por el camino que tiene que seguir. ¡No puedo más! Si las cosas siguen siendo tan raras, creo que desisto de vivir a mi manera  y voy a empezar a seguir normas, leyes, reglas, y prohibiciones absurdas. Con un poco de suerte cuando me dé cuenta mi rutina no variará según le apetezca y todo estará normal. A lo mejor así consigo entender un poco el mundo, que ahora está revuelto; y si las cosas no están en su lugar, ¡yo no respondo de mis acciones! Así que no te extrañes si hago locuras, mi universo está haciendo el pino sobre la realidad.

Pasó que tú pasaste de mi.

Fui valiente. Dije lo que sentía. Me hice con el coraje suficiente como para poder decir lo que mi corazón necesitaba para vivir. Hablé en voz alta de algo que casi no me atrevía a pensar. Aguanté escuchar que solo sentías amistad. Soporté las lágrimas que inundaban mis ojos y me impedían ver los pasos que daba. Seguí adelante. Olvidé todo el dolor que me causaste con tu indiferencia. Continué comportándome contigo como siempre, sin importar lo que me recorría por dentro. No esperaba en ningún momento cariño, caricias, abrazos y ni si quiera podía pensar en besos. No pretendía tener toda tu atención, ni recibir todas tus palabras, ni formar parte de tus planes. Solo quería que no me ignoraras, que las cosas no cambiaran en su superficie pero que nuestra relación fuera de otra forma, y nada de eso pasó. Pero con cada uno de los trocitos de mi corazón roto y decepcionado, te sigo queriendo como nunca a nadie he querido antes.

Solo me queda seguir mirando hacia delante, dándote la espalda.

Vale, bueno, te vas, ¿y qué? Ya me echarás de menos. Ya tendrás tiempo de llorar mi pérdida hasta que te des cuenta de todo lo que has hecho. Ya estarás mal por no poder volver conmigo, y te lamentarás por todo el dolor que me causaste. ¿Qué me hiciste sufrir? Pues bueno, ahora soy mas fuerte. Y todo lo que hemos pasado me ha cambiado mucho, pero a mejor. Así que, realmente, ¿qué mas da qué me ignores? Pasa de mi, de cualquier forma nuestra relación no iba a ninguna parte. Éramos todo falsas sonrisas y pequeñas mentiras, que nos iban distanciando más y más hasta haberte hecho desaparecer de mi lado. Pues no pasa nada, tarde o temprano esto iba a ocurrir. Y mejor que haya sido ahora, me he ahorrado muchas cosas, muchas lágrimas, sonrisas falsas y demás. Que todo tiene una razón, y si apareciste en mi vida era para hacerme mas fuerte, y que si te vas por algo será. Así que adiós, espero que todo te vaya tan bien como espero que me vaya a mi.