domingo, 20 de febrero de 2011

Así, no.


-¿Por qué ha acabado esto tan mal?
+No lo sé. Tal vez por tus errores, o tal vez, por los míos. Quién sabe.
-¡Yo no me he equivocado en nada! ¡La culpa es del tiempo...qué cambia lo qué más apreciamos!
+Puedes echarle la culpa al tiempo, a la distancia, ¡a lo qué tú quieras! Pero no puedes decir qué no has cometido ningún error, porque no es cierto. Seguramente sea eso lo qué más nos ha distanciado. Qué creías qué lo hacías todo bien, cuándo pensar eso, era hacerlo mal.

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